Para los valencianos la ciudad de El Puig es un referente en el origen del Reino de Valencia ya que desde la muntanyeta de El Puig el rey Jaime I partió para conquistar la ciudad de Valencia.Esta semana tuve la suerte de visitar la ciudad con un grupo de italianos que venían de recorrer el parque natural de la sierra Calderona, cuyas estribaciones se funden con la huerta en El Puig y Puçol.
En la visita que hice con las familias italianas que procedían del sur, les encantó el Monasterio de Santa Maria del Puig donde pudieron descubrir la historia de la imprenta y las artes gráficas a través de un Museo didáctico.En esto somos parecidos a los italianos no solo por su creatividad sino por su ingenio en el mundo de las letras y de la impresión de primeros documentos que ahora son incunables. Tras la visita al Monasterio y un paseo por las calles de El Puig nos acercamos al castillo donde nos esperaba una ruta teatralizada entorno a la figura del Rey Jaime I. Una sorpresa para niños y mayores donde la empresa Calderona Viva no solo contaba la historia de forma amena y divertida sino que invitaba a vestirse de la época a padres y niños participando activamente de la historia teatralizada. Tras un montón de fotos y selfies con el Rey Jaime I y su corte bajamos a la playa de El Puig.
Teníamos tiempo así que un grupo de familias fueron en bicicleta por el paseo al mar que cruza la autovía hasta llegar a la Torre de Guaita. Allí nos esperaba una grata sorpresa donde organizamos juegos acuáticos en un playa que dispone de los certificados con la ISO 14001 y la Q de calidad.
Tras un baño cerca de la playa accesible regresamos al Puig pero la parada tuvo lugar en un monumento especial que llamó la atención del grupo: la Cartuja d’Ara Christi. Esta es una de las tres cartujas que están en el entorno de la sierra Calderona que ofrece un servicio de restaurant en sus amplios jardines, terrazas, pudiendo admirar la histórica cartuja. Una comida en un paraje especial y cultural, con la tranquilidad de que los niños juegan si coches y seguros de moverse por el recinto para acabar por la tarde con otra sorpresa.
Al atardecer subimos al castillo de nuevo a visitar la trincheras y refugios de la Guerra Civil española . El ayuntamiento ha rehabilitado estas construcciones que forman parte de la memoria histórica para que los grupos de turistas conozcan la importancia de esta línea defensiva que se construýó de forma preventiva por si se atacaba la ciudad de Valencia.
Y al regreso antes de cenar nos fuimos de tapas por los bares de la ciudad, callejeando cerca del Monasterio sin prisas para acabar disfrutando de tapas saludables y menús adaptados a familias que ofrecen los hosteleros. La verdad es que fue una visita intensa donde además tenían que visitar al dia siguiente el Castillo de Sagunto y realizar un paseo por la vía verde hacia la ciudad de Valencia. Creo que El Puig fue una sorpresa para las familias y que quieren volver a disfrutar de sus paisajes verdes y azules y de la hospitalidad y trato de la gente a los niños.