Estamos cerca de que empiece la Fiesta de las Fallas y me acordé de unas palabras de un amigo mío francés con el que salimos de vez en cuando de excursión las familias. Me comentaba que vino una vez a Valencia a conocer las Fallas y la Fiesta de San Juan de Alicante y que estaba sorprendido de con que intensidad vivimos en la Comunidad valenciana esta fiesta que gira en gran parte con el fuego, la luz y la noche.
Y es que el que vive en Valencia como yo toda una vida estamos acostumbrados a que el fuego, la pólvora y los castillos de artificio forman parte de nuestra vida cotidiana y festera. Por ese motivo me preocupé de saber que tiene el fuego de mágico y que motiva tanto a la gente, da igual que sea en valencia que en cualquier parte del mundo.
Y es que recuerdo como de pequeño cuando era fallero en Valencia mirábamos el fuego en la calle en la Nit del Foc y nos quedábamos atónitos como abducidos por el poder de este elemento. Podíamos pasar horas y horas descubriendo sus colores y movimientos cuando se quemaba una falla, o simplemente disfrutando de un pequeño fuego de artificio.
Parece que el fuego fue adorado por casi todos los pueblos, considerándolo sagrado y cuando el hombre prehistórico descubre el fuego comienza a cocer sus alimentos, se agrupa alrededor del fuego para ahuyentar a los animales
Y es que si nos gustan tanto mirar el fuego debe ser debido a un recuerdo ancestral, a nuestra memoria genética y al instinto básico de supervivencia. Desde los orígenes de la raza humana, proporciona calor, sirve para cocinar y proporciona luz durante la noche.
Y es que todo tiene que ver con los rituales solares ya que desde tiempos inmemorables se celebran la llegadas de los equinoccios y solsticios (o lo que es lo mismo, la entrada de las estaciones del año) encendiendo hogueras. Son rituales heredados de pueblos tan antiguos como los celtas, y algunas de ellas han llegado a nuestros días. La Iglesia, ante la imposibilidad de suprimir estas populares tradiciones en muchos lugares de España, decidió absorberlas y dedicarlas a los santos; de esta manera, las hogueras del solsticio de verano se relacionaron con San Juan y las del equinoccio de primavera a San José.
Por ello, algunos historiadores piensan que las Fallas de Valencia son en realidad una costumbre muy antigua de Valencia, seguida por los árabes o quizá por pobladores de la ciudad anteriores a ellos, que se inició como fuegos de primavera y evolucionó hasta los monumentos satíricos que hoy en día conocemos. Otros expertos combinan esta teoría con otras, afirmando que las hogueras que prendían los carpinteros en San José tenían su origen en fuegos de primavera.
Lo cierto es que hay una vieja tradición europea de construir un muñeco representando a un personaje, colgarlo con cuerdas o en un poste, y posteriormente quemarlo entre el tercer día de Cuaresma y el Sábado de Gloria. El muñeco puede tomar diversos nombres: Judas, Mahoma, Carnaval, Pablo, etc. El origen de este festejo es anterior al Cristianismo, aunque esta religión lo asimilara como a otras costumbres paganas. Los antiguos pueblos nórdicos, realizaban un ritual llamado Totaustragen en el que preparaban un muñeco que representaba el invierno, y que quemaban y enterraban la víspera del uno de mayo. En la Comunidad Valenciana todavía se encuentran festejos de este tipo, como El vell i la vella de Picassent y Llíria, el Parot de Mitja Quaresma de Castalla y los Mahomas de los Moros y Cristianos.
Así que centrándonos en el origen de la fiesta de las Fallas se podría decir que se remonta a la antigua tradición de los carpinteros , que en vísperas de la fiesta de su patrón San José, quemaban frente a sus talleres, en las plazas públicas, los trastos viejos junto con los objetos de madera que empleaban para elevar las lámparas que les iluminaban mientras trabajaban en los meses de invierno. Por ese motivo el día de la cremà (momento en el que arden los monumentos falleros) siempre coincide con el día 19, Festividad de San José. Estas Fallas fueron evolucionando hacia una fiesta más crítica e irónica, mostrándose sobre todo en los monumentos falleros escenas que reproducían hechos sociales censurables y critica social siempre con sentido del humor.
Y ¿cuál es el origen de la palabra falla? La palabra valenciana falla deriva del latín facula, que significa "antorcha". Tiene el mismo origen etimológico que la palabra castellana hacha. Precisamente el significado originario de falla fue precisamente "antorcha", pero con el paso de los siglos ha ido evolucionando hasta dar nombre a las fiestas de San José que se celebran en Valencia y otras localidades.
Bueno ya sabemos algo más del origen el fuego y de las Fallas de Valencia, por lo que os invito a disfrutar de forma segura y en familia de esta tradición que además de en Valencia tambien se viene disfrutando en otros municipios turísticos familiares de la Comunidad Valenciana como Gandía, El Puig, Peñiscola, Benidorm , Calpe y Denia.